01 febrero 2007
Velada con amigos en la Peña del maestro Vilca.
Auspician las "Crónicas Apunadas", "Coca y Bica", el sabor del verano Norteño.
La gira por la Quebrada de Humahuca estaba llegando a su fin, pero todavía quedaba por delante la degustación y el disfrute de uno de los platos más fuertes del viaje. La cita que, gracias a lo consejos de mi amigo Ariel, había programado antes de la partida de Buenos Aires era la frutilla del postre, el broche de oro a unas vacaciones inolvidables. Tanto por los los lugares transitados, como por lo que aprendí de la gente que fui conociendo a medida que avanzaba en el tiempo y en los espacios.
Unos días antes, de el último, en una de mis recorridas a pie por Humahuaca, llegué hasta la casa de Ricardo Vilca. Entonces toqué el timbre y una señora muy amable me invitó a pasar. En un salón después de la cocina, donde estaban preparando exquisitos platos regionales, estaba el gran maestro junto a un amigo disfrutando de la charla y de un rico vino tinto. Me presenté, y muy coriales los dos me invitaron a compartir el momento. Entonces conversamos un poco y le conté mi gusto por su música. Luego me despedí y quedé en volver para escucharlo en vivo la noche antes de mi partida.
Esa noche dio la casualidad mis tres compañeros de cuarto del hostell también habían reservado mesa, así que juntos nos fuimos en busca del placer de la música y de una buena cena.
El salón, ese mismo en el que unos días atrás había sido el lugar de mi encuentro con Ricardo, ahora estaba repleto de gente expectante por el inicio de película "Río Arriba". Un film en el que su director, Ulises de la Orden, hace una instrospección en su historia familar para desentrañar la explotación de los Kollas en los ingenios azucareros.
Luego del film, que les recomiendo vean, fue el turno de las melodías. Acompañado por un bajista, un percusionista y un charanguista, el maese Vilca se lució junto a su guitarra y nos deleitó con sus mejores canciones entre las que me gustaría destacar "Guanuqueando", tema que interpertó junto a Dividios en diversas ocasiones. Luego de un recorrido por varias de sus mejores composiciones y con el público bailando y disfrutando de la peña llegó el final. Un desenlace previsto por el tiempo y por los tiempos, con el sinsabor de las despedidas y la grandeza de haberlo vivido.
Magallanes.
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La gira por la Quebrada de Humahuca estaba llegando a su fin, pero todavía quedaba por delante la degustación y el disfrute de uno de los platos más fuertes del viaje. La cita que, gracias a lo consejos de mi amigo Ariel, había programado antes de la partida de Buenos Aires era la frutilla del postre, el broche de oro a unas vacaciones inolvidables. Tanto por los los lugares transitados, como por lo que aprendí de la gente que fui conociendo a medida que avanzaba en el tiempo y en los espacios.
Unos días antes, de el último, en una de mis recorridas a pie por Humahuaca, llegué hasta la casa de Ricardo Vilca. Entonces toqué el timbre y una señora muy amable me invitó a pasar. En un salón después de la cocina, donde estaban preparando exquisitos platos regionales, estaba el gran maestro junto a un amigo disfrutando de la charla y de un rico vino tinto. Me presenté, y muy coriales los dos me invitaron a compartir el momento. Entonces conversamos un poco y le conté mi gusto por su música. Luego me despedí y quedé en volver para escucharlo en vivo la noche antes de mi partida.
Esa noche dio la casualidad mis tres compañeros de cuarto del hostell también habían reservado mesa, así que juntos nos fuimos en busca del placer de la música y de una buena cena.
El salón, ese mismo en el que unos días atrás había sido el lugar de mi encuentro con Ricardo, ahora estaba repleto de gente expectante por el inicio de película "Río Arriba". Un film en el que su director, Ulises de la Orden, hace una instrospección en su historia familar para desentrañar la explotación de los Kollas en los ingenios azucareros.
Luego del film, que les recomiendo vean, fue el turno de las melodías. Acompañado por un bajista, un percusionista y un charanguista, el maese Vilca se lució junto a su guitarra y nos deleitó con sus mejores canciones entre las que me gustaría destacar "Guanuqueando", tema que interpertó junto a Dividios en diversas ocasiones. Luego de un recorrido por varias de sus mejores composiciones y con el público bailando y disfrutando de la peña llegó el final. Un desenlace previsto por el tiempo y por los tiempos, con el sinsabor de las despedidas y la grandeza de haberlo vivido.
Magallanes.


