26 enero 2007

 

Desde las tierras de Evo.

Auspician las "Crónicas Apunadas", "Coca y Bica", el sabor del verano norteño.

A mediada qe vamos subiendo hacia el norte y dejamos atrás la Quebrada de Humahuaca, la fisonomía y las características de los habitantes de los pueblos van variando. Entonces, empezamos a percibir ropas mucho más coloridas y mujeres con largas trenzas color azabache.
Nos alejamos de Humahuaca y de a poco nos vamos metiendo en la Puna, más próximos al altiplano. Nuestro destino ahora es La Quiaca.
Pero antes de llegar a la frontera con Bolivia atravesamos distintos pueblos. Pequeños pero con sus raíces intactas. Algunas vías muertas dejan ver el olvido y la indiferencia. Sentimientos míseros para con nuestros hermanos. Todo es efímero cuando uno está de paso y sólo es un visitante. Pero cuando me pongo a pensar en la gente de Tres Cruces, Abra Pampa y Pumahuasi, por mencionara algunos pueblos, siento verguenza por este país olvidado.
Después de un extenso recorrido, el paisaje nos sitúa en La Quiaca. Una ciudad muy singular con un tránsito insesante que va y viene a y desde Villazón. Hacia allí vamos.
Ante de cruzar el puente fronterizo mi atención se fija en la cantidad de Cholas (mujeres bolivianas) que cruzan la calle raudamente con sus espaldas cargadas a más no poder. es impresionante ver como, entrando al tecer milenio, las condiciones de esclavitud siguen vigantes por estos lados.
Cruzamos en puente y sí... estamos en tierras de Evo!!!
Villazón es como una feria gigante que abarca cuadras y cuadras de extensión. Los productos que aquí se venden son de lo más variados: van desde hojas de coca que se exhiben en henormes bolsones en las puertas de los negocios, y se venen por mayor., hasta las más sofisticadas cámaras de filmación.
Si amigos, esto es Bolivia, tan colorida como el pullove de Ebo.

Magallanes.

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