21 enero 2007
Maimará, el estado de la paz.
Aupician las Crónicas Apunadas: "Coca y Bica", el sabor del verano norteño.
Tercera escala en nuestro viaje. Después de conocer Purmamarca, el lugar más pintoresco, en la Quebrada, hasta ahora, volvimos al camino: era el momento de regresar a la ruta. Para seguir conociendo y recorriendo los hermosos paisajes del norte de nuesttro paìs.
Maimará es un pequeño pueblo al pie del cerro, que se observa imponente desde la plaza principal. Hoy sitio de reunión y festejo debido a la inauguración del paseo artesanal.
Desde mi llegada pude oir la mùsica del lugar: mezcla dulce de guitarra, sikus y bombo que hace mucho más apacible la estadía del viajero y la vida de los moradores del lugar.
También hubo momento para el baile, al ritmo del grupo de danzas de la escuela del lugar.
Lo que fue realmente insòlito fue presenciar el desfile de moda del lugar. Muy lejos de las pasarelas fashion, que por estos tiempos se extienden desde Mar del Plata hasta Punta del Este, pasando por Pinamar. El muestreo de la indumentaria estuvo a cargo de las y los modelos del pueblo. Así exhibieron prendas autóctonas de las más variadas. La variedad de los colores fueron logrados con tintura de remolacha y de yerba mate.
En los alrededores de la plaza hay algunos puestos de comida. Empanadas, tamales, hunitas en chala, todo al gusto de los cocineros del pueblo.
Ahora está empezando a caer el sol. La calma se apodera del lugar. Sòlo queda muy poca gente: los lugareños y algunos visitantes que descansan plácidos sobre el pasto.
La paz y la tranquilidad imponen de manera necesaria la continiaciòn de una tarde que parece ser interminable.
Magallanes.
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Tercera escala en nuestro viaje. Después de conocer Purmamarca, el lugar más pintoresco, en la Quebrada, hasta ahora, volvimos al camino: era el momento de regresar a la ruta. Para seguir conociendo y recorriendo los hermosos paisajes del norte de nuesttro paìs.
Maimará es un pequeño pueblo al pie del cerro, que se observa imponente desde la plaza principal. Hoy sitio de reunión y festejo debido a la inauguración del paseo artesanal.
Desde mi llegada pude oir la mùsica del lugar: mezcla dulce de guitarra, sikus y bombo que hace mucho más apacible la estadía del viajero y la vida de los moradores del lugar.
También hubo momento para el baile, al ritmo del grupo de danzas de la escuela del lugar.
Lo que fue realmente insòlito fue presenciar el desfile de moda del lugar. Muy lejos de las pasarelas fashion, que por estos tiempos se extienden desde Mar del Plata hasta Punta del Este, pasando por Pinamar. El muestreo de la indumentaria estuvo a cargo de las y los modelos del pueblo. Así exhibieron prendas autóctonas de las más variadas. La variedad de los colores fueron logrados con tintura de remolacha y de yerba mate.
En los alrededores de la plaza hay algunos puestos de comida. Empanadas, tamales, hunitas en chala, todo al gusto de los cocineros del pueblo.
Ahora está empezando a caer el sol. La calma se apodera del lugar. Sòlo queda muy poca gente: los lugareños y algunos visitantes que descansan plácidos sobre el pasto.
La paz y la tranquilidad imponen de manera necesaria la continiaciòn de una tarde que parece ser interminable.
Magallanes.