Blog ETER - 2007

Por que las masas lo pedían aquí va un breve resumen de mi viaje por el norte jujeño. Del viaje desde retiro no vale comentar nada excepto que viajé con dos pendejos insoportables que me hicieron el trayecto igual de insoportable hasta que se bajaron en San Salvador al día siguiente. Dos horas más tarde llegaba a la terminal de Humahuaca que, aunque es chiquita, se caracteriza por su gran movimiento a causa de los vendedores que día a día ofrecen allí empanadas, sanguches, gaseosas y unas refrescantes ensaladas de frutas. No bien bajé del micro me dirigí al hostal que quedaba a dos cuadras y cuya dueña es una jujeña muy simpática y servicial. No dejo de sorprenderme como se brinda la gente del lugar al visitante. Después de dejar las cosas salí a recorrer el pueblo y mi intención era ver si lo reconocía y si estaba igual después de siete años de la primera visita. Y estaba igual. Las calles angostas empedradas en subida y en bajada que dejan ver al fondo los cerros, el Monumento a la Independencia, San Francisco Solano que sale a saludar a los visitantes desde la Municipalidad del Pueblo, la plaza principal con su oferta variada de vendedores ambulantes que ofrecen desde hojas de coca hasta sombreros y artesanías, los bares y restoranes que ofrecen las mas exquisitas comidas típicas, y la gente, por sobre todo la sencillez y humildad de la gente.
El día de la llegada me acosté temprano, por el cansancio y para poder arrancar el día siguiente no tan tarde. Es raro, acá me despierto temprano y sin sueño, igual que en Bs. As... ;)
Mas tarde el día 2.
Saludos,
Ariel.