21 febrero 2007

 

Desde el Norte: Encuentro cercano a más de 3000 metros de altura

Llegué a la esquina luego de escuchar unos sonidos característicos. Cuando la música y los gritos se hicieron mas fuertes sentí un fuerte tirón en el brazo izquierdo, que de repente no se podía soltar. La fuerza del brazo empujó a todo el cuerpo que inmediatamente se vió corriendo de un lado al otro a lo largo de las calles, sin posibilidad de decidir si parar o continuar. La respiración se hacía cada vez más entrecortada y las piernas ya casi no podían responder; sólo se movían por la fuerza externa que las impulsaba y que estaba decidida a no dejarlas descansar. Un rato después pude soltarme y respiré con dificultad aunque más tranquilo.
Es que correr por las calles en subida del pueblo, de la mano de una diablita de la comparsa "Los Picaflores de Humahuaca" no es moco 'e pavo.

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