Blog ETER - 2007

Magallanes, para quienes no lo conocen, es un hombre común, aunque un poco anticuado. Por eso, a veces, reniega y rehusa de la tecnología. No sabe como funciona todo el moderno sistema de telefonía celular, ni mucho menos cualquier circunstancia relacionada a los mensajes de texto. ¿Qué es eso? , se preguntaba hasta hace no mucho tiempo. Él confía mucho más en la conversación cara a cara donde los gestos y el metalenguaje funcionan a flor de piel. Pero bueno, Magallanes también pertenece a este mundo y cada vez le resultaba más difícil esquibar los avances de la tecnología...
-¿cuánto faltará para que este lista la cena?- pensaba mientras releía sin pausa algunas anotaciones que había realizado en las páginas del Quijote.
Aburrido ya del encierro y de compartir con su madre las últimas horas de la noche, el último antiheroe de la era pre-celular, decide salir a dar una vuelta. Mientras recorre la ciudad, Magallanes es tentado por algunas promotoras que lo invitan a concurrir a una muestra. Ante la intriga y las pocas ganas de volver a su casa para reencontrarse con lo mismo de siempre, nuestro amigo decide darse una vuelta por la muestra. Al ingresar al predio se encuentra con un mundo mucho más lindo del que había soñado. Todo a su alrededor resplandecía, la gente era linda de verdad, pensó. No todo era arte del fotoshop y la cirugías. La realidad había superado a las revistas de moda.
La sorpresas no le daban respiro. En ese lugar los tragos se tomaban en tubos de ensayo. Si increíble. Él que estaba costumbrado a su fernet con cola en los basos de bar de estación, no daba crédito a las nuevas tendencias.
Su tour se había tornado frenético, ya estaba mucho más suelto entre toda esa fauna de la cual no se sentía parte pero a la cual ya le estaba tomando el gustito....

Continuará