29 marzo 2007
Blog de Cuál es?
Mario se copió de nuestro formato de blog de envidioso que es... encima se hace el amigo de chayanne.. es un hijo de puta!!
http://cualesenvivo.blogspot.com/
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26 marzo 2007
Roger Waters.. bajalo todo

▲ Roger Waters en River | 17/Mar/2007 Pt 1
▲ Roger Waters en River | 17/Mar/2007 Pt 2
Loco.. me lo edité todo.. lo pasé a mp3.. suena bien y solo está pisado por FM 100 cada tanto.. pero no jode mucho..
Nota: para bajarlo se hace desde una página (que se va a abrir cuando clickées en los links de arriba) se llama rapidshare.com y hay que bajar y buscar un botón que dice "FREE" y después te abre otra ventana en la que hay que esperar que un contador de tiempo llegue a cero para que te habilite la descarga.
19 marzo 2007
The Great Gig in the Sky (River 2007)
Un regalito para que se les ponga la piel de gallina
18 marzo 2007
Luna llena en River
No será una frase muy original pero ayer hubo eclipse total de luna en el barrio de Núñez. La emoción y ansiedad que se fue disipando durante los largos meses de espera dijo presente ayer cuando se apagaron las luces del Monumental y sonaron los primeros acordes de In the Flesh, junto con la inconfundible marcha de los martillos negros y rojos. Roger Waters ya estaba en escena.
La primera parte del concierto tuvo a la emoción como eje principal: temas como Mother, del disco The Wall; una ejecución casi completa del disco Wish you were here (sólo faltó la oscura Welcome to the Machine) cuyos pasajes más destacados fueron Shine on you crazy Diamond (acompañada por las infaltables imágenes de Syd Barret, porque a él están destinados los versos) y la hermosa balada que le da nombre al disco.
También hubo lugar para la denuncia con los temas pertenecientes a The Final Cut (último disco de Pink Floyd con Waters): de éste álbum sonaron Southampton Dock y The Fletcher Memorial Home (dedicado a Eric Fletcher Waters, padre del músico, muerto durante la Segunda Guerra Mundial).
El final de la primera parte, y antes del intervalo, tuvo lugar con una espectacular ejecución de Sheeps, perteneciente al disco Animals (aquél que encasillaba a los seres humanos, según correspondiera, en tres especies distintas: perros, cerdos y ovejas). Conocida es la opinión que Waters tiene al respecto del Presidente de EEUU, George Bush, y del Primer Ministro inglés, Tony Blair, artífices de la Guerra de Irak: de ahí, entonces, que en el medio del tema haya aparecido un cerdo gigante que se elevó por los aires con leyendas en contra de Bush y, más cerca de acá, contra los dictadores argentinos en general. El cerdo también se preguntaba dónde esta Julio López.
Luego del intervalo, ahora sí, fue el turno de la ejecución completa del disco Dark Side of the Moon. Cuando los latidos del corazón se empezaron a oír en todas partes del estadio, gracias a las bondades del sonido cuadrafónico, la multitud enardeció en aplausos. Quizás fue en este tramo donde más se extrañó la presencia de David Gilmour, también legendario miembro de Pink Floyd, sobre todo en temas como Breathe y Money, que fueron cantados por uno de los tres (¡!) guitarristas con que contaba la formación de la banda. Las palmas se las llevó la corista Carol Kenyon con su conmovedora, e idéntica, versión del tema The Great Gig in the Sky.
Ya finalizando la ejecución del disco, el estadio en su totalidad fue iluminado por los haces de luz que desprendía un prisma láser ubicado arriba del escenario, que junto a la música y letra de Eclipse redondeaba el clímax que se vivía en el Monumental.
Por último, Waters conmovió con un set de cinco canciones pertenecientes al disco The Wall: The Happiest days of our lives (con el helicóptero sobrevolando el cielo de Núñez), Another Brick in the Wall Part II (que contó con la performance de un coro de niños), Vera, Bring the Boys Back Home (que cobra nueva vigencia por estos días) y la inoxidable Comfortably Numb (que hizo extrañar el solo de guitarra made in Gilmour).
Pero Waters logró hacer quedar a los concurrentes con ganas de más. Muchos de los asistentes se quedaban en sus lugares luego de encendidas las luces del estadio, quizás rememorando los sonidos y las imágenes oídas y vistas durante casi tres horas de espectáculo; todos en un estado de ensoñación lunar… confortablemente adormecidos.
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La primera parte del concierto tuvo a la emoción como eje principal: temas como Mother, del disco The Wall; una ejecución casi completa del disco Wish you were here (sólo faltó la oscura Welcome to the Machine) cuyos pasajes más destacados fueron Shine on you crazy Diamond (acompañada por las infaltables imágenes de Syd Barret, porque a él están destinados los versos) y la hermosa balada que le da nombre al disco.
También hubo lugar para la denuncia con los temas pertenecientes a The Final Cut (último disco de Pink Floyd con Waters): de éste álbum sonaron Southampton Dock y The Fletcher Memorial Home (dedicado a Eric Fletcher Waters, padre del músico, muerto durante la Segunda Guerra Mundial).
El final de la primera parte, y antes del intervalo, tuvo lugar con una espectacular ejecución de Sheeps, perteneciente al disco Animals (aquél que encasillaba a los seres humanos, según correspondiera, en tres especies distintas: perros, cerdos y ovejas). Conocida es la opinión que Waters tiene al respecto del Presidente de EEUU, George Bush, y del Primer Ministro inglés, Tony Blair, artífices de la Guerra de Irak: de ahí, entonces, que en el medio del tema haya aparecido un cerdo gigante que se elevó por los aires con leyendas en contra de Bush y, más cerca de acá, contra los dictadores argentinos en general. El cerdo también se preguntaba dónde esta Julio López.
Luego del intervalo, ahora sí, fue el turno de la ejecución completa del disco Dark Side of the Moon. Cuando los latidos del corazón se empezaron a oír en todas partes del estadio, gracias a las bondades del sonido cuadrafónico, la multitud enardeció en aplausos. Quizás fue en este tramo donde más se extrañó la presencia de David Gilmour, también legendario miembro de Pink Floyd, sobre todo en temas como Breathe y Money, que fueron cantados por uno de los tres (¡!) guitarristas con que contaba la formación de la banda. Las palmas se las llevó la corista Carol Kenyon con su conmovedora, e idéntica, versión del tema The Great Gig in the Sky.
Ya finalizando la ejecución del disco, el estadio en su totalidad fue iluminado por los haces de luz que desprendía un prisma láser ubicado arriba del escenario, que junto a la música y letra de Eclipse redondeaba el clímax que se vivía en el Monumental.
Por último, Waters conmovió con un set de cinco canciones pertenecientes al disco The Wall: The Happiest days of our lives (con el helicóptero sobrevolando el cielo de Núñez), Another Brick in the Wall Part II (que contó con la performance de un coro de niños), Vera, Bring the Boys Back Home (que cobra nueva vigencia por estos días) y la inoxidable Comfortably Numb (que hizo extrañar el solo de guitarra made in Gilmour).
Pero Waters logró hacer quedar a los concurrentes con ganas de más. Muchos de los asistentes se quedaban en sus lugares luego de encendidas las luces del estadio, quizás rememorando los sonidos y las imágenes oídas y vistas durante casi tres horas de espectáculo; todos en un estado de ensoñación lunar… confortablemente adormecidos.